En la actualidad todos somos usuarios de decenas de cerraduras cada día, y absolutamente todas requieren mantenimiento para que sigan funcionando correctamente. La mayoría de las personas no se preocupan por esto, y prefieren sustituirlas por completo cuando se estropean.

Si te ocupas del mantenimiento de tus cerraduras, éstas durarán más y funcionarán mejor, ahorrándote mucho del dinero que hubieras gastado en sustituirlas.

Sin embargo, mantener adecuadamente tus cerraduras puede requerir la asesoría y experiencia de un cerrajero profesional. Pero los usuarios más manitas pueden hacer mucho para darle mantenimiento a las cerraduras sin asistencia profesional.

En este artículo te contaremos cómo puedes, como propietario, ayudar a tus cerraduras a funcionar mejor y durante más tiempo.

Mantenimiento de cerraduras sin necesidad de un cerrajero

La lubricación es la clave

Con las cerraduras es mejor ser proactivo, y todo mantenimiento preventivo es preferible al correctivo. Por ejemplo, si un día notas que tu copia de llave gira con dificultar, debes pensar inmediatamente en programar la lubricación de la cerradura.

No esperes a que un día simplemente deje de girar, o peor, que la llave se rompa dentro de la bocallave y debas llamar a un cerrajero. La lubricación de cerraduras es un tema que puede ser tratado por los propietarios, siempre que sigan las recomendaciones técnicas adecuadas.

Lubricar la cerradura hará que los pasadores y los resortes vuelvan a moverse y mantendrá tu cerradura en buen estado de funcionamiento. Busca un lubricante adecuado para cerraduras y aplícalo según las instrucciones. Acciona la llave repetidamente para ayudar a dispersar el lubricante en los mecanismos.

Puertas desalineadas con el marco

Cuando el pestillo o el resbalón de una puerta no encaja en su posición en el marco, la puerta ha perdido la alineación con el marco. El pestillo puede estar por encima o por debajo de la placa. Una solución definitiva de este problema requiere un cerrajero profesional que ajuste las bisagras.

Pero a veces basta con limar un poco un borde de la placa para que el pestillo vuelva a encajar en su sitio. Si eso no funciona, y eres algo hábil, puedes quitar la placa y volver a colocarla en el lugar donde el pestillo pueda realizar la función.

Si se trata de una puerta antigua de madera también puede haber problemas de contracción, y el pestillo puede no ser lo suficientemente largo para alcanzar la placa. Existen soluciones como pegar una placa de cierre más gruesa o separar las bisagras del marco, pero esto puede requerir un profesional.

Ajuste de las bisagras

Aunque no forman parte de la cerradura, las bisagras de la puerta tienen un efecto importante en su funcionamiento. Con un simple mantenimiento rutinario, puedes prolongar la vida de las bisagras de la puerta y ahorrar dinero a largo plazo.

El problema más común de la mayoría de las bisagras es que los tornillos estén sueltos. Además de ser muy común, es muy sencillo de resolver. Cada bisagra se fija con seis a ocho tornillos que se aflojan con el tiempo. Necesitarás un destornillador con la forma adecuada para realizar el trabajo.

Sólo hay que apretar los tornillos, tanto los que van en el marco como los que van en la puerta. Una puerta con las bisagras bien ajustadas no rozará ni se golpeará contra el marco, permitiendo a la cerradura funcionar adecuadamente. No olvides aplicar un poco de lubricante.